Paseando por los montes de Huesca, nos acercamos a una fuente con los perros y descubrimos una pequeña planta con diminutas hojas de color verde claro, con forma de abanico. Curiosa busqué una referencia en un cartel cercano y leí que dicha planta es conocida como Cabello de Venus o Culantrillo, familia de los helechos. Me pareció preciosa y la hicimos varias fotos, y en cuanto volvimos a casa me puse a investigar un poco más.
Con elegantes tallos delgados y negros, el Culantrillo es comparado con los cabellos de Venus. Crece en cualquier rincón con poca luz y mucha agua, y es fácil encontrarla en las paredes y rocas húmedas de los ríos, arroyos, cascadas, fuentes, filtraciones,… aunque sus hojas permanecen secas a pesar de que las salpique constantemente el agua.
Medicinalmente se emplean las hojas en forma de infusión o tintura por sus propiedades expectorantes, mucolíticas y balsámicas; y además es muy eficaz en menstruaciones dolorosas o irregulares. Ayuda a controlar el período y regularlo, además de calmar los dolores de manera natural.
Infusión: En un litro de agua hirviendo, meter 20 grs. de Cabello de Venus, tapar y dejar reposar 5 minutos. Colar y beber de 2 a 3 tazas por día.
Tintura Madre: Colocar 20 gr.s de hojas de Cabello de Venus recién cortadas y 100 cc de alcohol de 60° dentro de un frasco de vidrio. Tapar y dejar reposar durante 15 días en lugar oscuro. Colar y guardar en un frasco de vidrio con tapa, en lugar fresco y oscuro. Se toman 15 gotas de tintura diluidas en 1 vaso de agua o 1 taza de té, 2 a 3 veces por día.
Solo por su belleza ya me llamó la atención, pero ahora, sabiendo sus propiedades, esta pequeña y graciosa planta me gusta mucho más.